Very nice site!

Very nice site! <a href="https://opeyixa2.com/rvqsrvx/1.html">cheap goods</a>

Very nice site! <a href="https://opeyixa2.com/rvqsrvx/1.html">cheap goods</a>

Very nice site!

Very nice site! <a href="https://yieapxo2.com/qrovqaq/1.html">cheap goods</a>

Very nice site! <a href="https://opxaiey2.com/oyyaoxy/1.html">cheap goods</a>

Hello.This post was extremely motivating, especially because I was browsing for thoughts on this subject last Thursday. keckbbedddegcbdf

Tengo que remontarme a los años sesenta del pasado siglo XX para señalar el momento de mi conocimiento y trato con vuestro padre José Manuel (en adelante, le llamaré en algún momento José Manuel simplemente).

No hemos estudiado en el mismo colegio, ni en primaria ni en bachillerato. Yo estudié hasta cuarto y reválida en el antiguo colegio Alfonso X el Sabio (que estaba en parte de lo que es hoy El Corte Inglés de Plaza del Duque), y de quinto de bachillerato hasta Preuniversitario en el Instituto San Isidoro. Y de allí a la Facultad de Derecho, momento en el que casi con toda seguridad nos conocimos.

Aunque creo que José Manuel es de algún curso anterior al mío en la Facultad, la coincidencia de vivir en el «centro», aparte de que entonces estudiábamos muy pocos y era fácil el conocerse, fue la circunstancia propicia. Entonces no existían horarios de tarde, por lo que las clases comenzaban a las 9 de la mañana y terminaban a las 13 horas. Concluidas las clases, volvíamos, andando, por supuesto, a nuestras casas en dos grandes grupos, más o menos: los que veníamos al «centro» y los que iban a los «nuevos» barrios, un gran grupo, fundamentalmente, a Los Remedios, que se estaba asentando entonces como importante núcleo residencial de la clase media-alta sevillana. Y este fue el momento.

José Manuel vivía (pienso yo) en el sector de la Magdalena y yo, desde que nací hasta que me casé, en la calle Aguiar, entre Gravina y Marqués de Paradas. No es nada extraño que en nuestras «vueltas a casa» conectáramos normalmente. Con el tiempo, estas relaciones se hicieron muy naturales, como conocidos de toda la vida. Enseguida me di cuenta de su gran inteligencia, bondad, amabilidad y sencillez.

De esta primera etapa de amistad, recuerdo también mis visitas a un Hotel-Residencia que vuestros abuelos regentaban en la calle San Eloy, en donde José Manuel estaba algunos días u horas de la tarde-noche, en cuyos tiempos de tranquilidad aprovechaba para estudiar. ¿Quizás fuera yo también allí para estudiar?. Lo cierto es que entre «col y col» (atención al cliente, estudio) me contaba algunas anécdotas de los clientes/as del hotel, muy graciosas, sobre todo, teniendo en cuenta las estrictas normas morales imperantes en aquella época. Lo recuerdo entrañablemente.

Conocí el «estudio-taller» de revelado de fotografía que José Manuel tenía en una habitación de su casa en la calle San Eloy: cuarto oscuro, con bandejas con los líquidos necesarios, cuerdas para secar los negativos, en fin, todo lo preciso para sacar un buen positivo. Tuve entonces la ocasión de conocer el buen gusto y buen hacer sobre su gran pasión por la fotografía y contemplar un abundante archivo que ya tenía. Siempre que le veía, y le veo, le preguntaba y pregunto, sobre lo que está haciendo en el tema. Le recuerdo también siempre con su máquina al cuello, en aquella época y ahora, dispuesto a captar cualquier detalle que su buen gusto considere digno de recoger. En este orden de cosas y, aunque esto sería muy posterior, recuerdo una foto en blanco y negro, magnífica, que tiene mi hermana, que hizo José Manuel, en donde aparecen, en una perspectiva vertical, de menor a mayor, tres de mis sobrinos y su padre, mi cuñado, en una procesión de la Sacramental de la Magdalena.

Hay un momento en mi trayectoria de vivencias con vuestro padre que quisiera especialmente evocar. Se lo recordaba personalmente hace poco, el día de la presentación de su libro sobre la Telefónica. Eran normal en nuestros tiempos jóvenes (años 60 del siglo XX, como he dicho arriba), unas ciertas normas sobre todo para las chicas, aunque también en menor medida para los varones, en relación con las amistades, horarios de llegada por la tarde- noche, etc. Teniendo en cuenta esto, un día me llamó por teléfono vuestro padre para preguntarme si el próximo sábado por la tarde tenía algún compromiso. Había una fiesta en el Círculo de Labradores, en donde, aparte de unos canapés y alguna bebida, habría un baile de los de entonces. Me dijo que quería invitar a una «niña» (como decíamos, y creo que también hoy, en nuestra tierra) que le interesaba mucho, a la cual sólo la dejarían en su casa si iba con otra amiga. Yo tendría que acompañar a la amiga. Naturalmente, la «niña» que le gustaba tanto era Maribel, la que sería y es vuestra madre.

Estos quizás sean mis recuerdos más remotos y entrañables de esa primera etapa de amistad con José Manuel. Terminadas las carreras, nuestras vidas profesionales han transcurrido por caminos diferentes. A esto hay que añadir también un dato relevante para que nuestro trato posterior haya sido más discontinuo. Ha sido el que yo desde que me casé me vine a vivir a Heliópolis y, aunque he frecuentado y frecuento el «centro», porque hasta 2010 mi madre ha vivido con mi hermana en la calle Bailén, ya no ha sido lo mismo. De todas formas, cuando nos vemos, es como si lo hubiéramos hecho unos días antes.

En suma, pienso que el homenaje en forma de web, y me imagino que, entre otras cosas, que le habéis hecho, es una idea maravillosa, que a todos los padres les gustaría recibir. Desde luego, vuestro padre y vuestra madre (no los entiendo por separado) se lo merecen cumplidamente. Dios creo que les ha dado unos grandes hijos. Formáis, a mi entender, un modelo de familia, un auténtico testimonio de familia.

Hola tengo un cuadro firmado por J.M . Holgado ss de la plaza de españa de sevilla alguien me podria decir de quien es gracis y lo que puede valer

Querido José Antonio, tu enorme amistad y consideración conmigo elevan a la enésima potencia tu admiración por mi persona y obra. Te agradezco de corazón tu comentario y, de verdad, te manifiesto en este momento mi respuesta en el mismo sentido y te sigo considerando uno de mis mejores amigos. Gracias, gracias y hasta siempre.